miércoles, 25 de mayo de 2011

AIRE


Ciclón tropical es un término meteorológico usado para referirse a un sistema de tormentas caracterizado por una circulación cerrada alrededor de un centro de baja presión y que produce fuertes vientos y abundante lluvia. Los ciclones tropicales extraen su energía de la condensación de aire húmedo, produciendo fuertes vientos. Se distinguen de otras tormentas ciclónicas, como las bajas polares, por el mecanismo de calor que las alimenta, que las convierte en sistemas tormentosos de "núcleo cálido". Dependiendo de su fuerza y localización, un ciclón tropical puede llamarse depresión tropicaltormenta tropicalhuracántifón o simplemente ciclón.



Calentamiento global
Una pregunta frecuente es si el calentamiento global puede causar ciclones tropicales más frecuentes y violentos. Hasta ahora todos los climatólogos parecen estar de acuerdo en que una sola tormenta, o incluso una sola temporada, no puede ser atribuida a una única causa como el calentamiento global o incluso una variación natural.70 La pregunta es si existe una tendencia estadística que indique un aumento en la fuerza o frecuencia de los ciclones. La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos dice en su guía de preguntas frecuentes sobre huracanes que "es altamente inverosímil que el calentamiento global pueda (o podrá) contribuir a un cambio drástico en el número o intensidad de los huracanes".71
Respecto a la fuerza, hasta hace poco se había alcanzado una conclusión similar por consenso. Este consenso fue cuestionado por Kerry Emanuel. En un Artículo en Nature,72 Emanuel afirmó que el potencial de destrucción de los huracanes, que combina fuerza, duración y frecuencia de los mismos "está altamente correlacionado con la temperatura del mar, reflejando señales climáticas bien documentadas, incluyendo oscilaciones multidecadales en el Atlántico Norte y Pacífico Norte y el calentamiento global". K. Emanuel además, predijo "un sustancial aumento en las pérdidas relacionadas con huracanes en el siglo veintiuno".73
En términos similares, P.J. Webster y otras personas, publicaron un artículo74 en Science75 examinando "cambios en el número de ciclones tropicales, duración e intensidad" durante los últimos 35 años, un período para el que se disponen de datos por satélite. El hallazgo principal fue que mientras el número de ciclones "disminuyó en todas las regiones excepto el Atlántico Norte durante la última década", hubo un "gran incremento en el número y proporción de huracanes alcanzando categorías 4 y 5." Esto significa, que si bien el número general de ciclones había disminuido, el número de tormentas muy fuertes había aumentado.
Tanto Emanuel como Webster y otros, consideran que la temperatura del mar es una clave importante en el desarrollo de los ciclones. Es inevitable formularse la pregunta: ¿qué ha causado el aumento observado en las temperaturas de la superficie del mar? En el Atlántico, podría ser debido a la Oscilación Atlántica Multidecadal (AMO), un patrón de 50–70 años de variabilidad en la temperatura. Emanuel, sin embargo, descubrió que el aumento reciente estaba fuera del rango de las oscilaciones previas. Por lo tanto, tanto una variación natural (como la AMO) y el calentamiento global, podrían haber contribuido al calentamiento del Atlántico tropical durante las últimas décadas, pero por ahora, es imposible hacer una atribución exacta a cada apartado.70
Mientras Emanuel analizaba la energía disipada anualmente, Webster y su grupo analizaban el, algo menos importante, porcentaje de huracanes en categorías 4 y 5, y descubrieron que este porcentaje había aumentado en 5 de las 6 regiones: Atlántico Norte, Pacífico Nordeste y Noreste, Pacífico Sur e Índico Norte y Sur. Dado que cada región podría estar sujeta a oscilaciones locales similares a la AMO, cualquier estadística individual para una región queda en el aire. Pero si las oscilaciones locales no están sincronizadas por alguna oscilación global no identificada todavía, la independencia de las regiones permite las pruebas estadísticas comunes que son mucho más concretas que cualquier prueba regional. Desgraciadamente, Webster no hizo dicha prueba.
Bajo la presunción de que las seis regiones son estadísticamente independientes para el efecto del calentamiento global,76 se realizó el t-test y se encontró que la hipótesis nula de que el calentamiento global no haya impactado en el porcentaje de huracanes de categoría 4 y 5, puede ser rechazada en un nivel de un 0,1%. Por lo tanto, sólo hay 1 oportunidad entre 1.000 de encontrar simultáneamente los seis aumentos observados en los porcentajes de huracanes de dichas categorías. Esta estadística necesita cierto ajuste, porque las variables a prueba no están distribuidas en variaciones iguales, pero puede dar incluso mejores evidencias de que se haya detectado el impacto del calentamiento global en la intensidad de los huracanes.

Realizaron un estudio, cuyos resultados especificaron que no pueden demostrar que el incremento de huracanes se deba a una alteración natural, por lo que lo atribuyeron a la elevación de las temperaturas de la superficie marina causada por los gases de efecto invernadero.


Polémica ambiental

La conclusión del estudio es exactamente opuesta a la postura oficial de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, (NOAA, por sus siglas en inglés), según la cual en 2005 el incremento de huracanes y tormentas tropicales en el Atlántico se debió a "ciclos que ocurren naturalmente".

En el informe, publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society, Greg Holland y Peter Webster, afirman que la declaración de la NOAA se emitió sin pruebas sustentadas en documentos científicos.

Cuando los dos científicos hicieron su análisis de los ciclones tropicales, huracanes y tormentas, "llegamos a la conclusión innegable de que el aumento reciente en la frecuencia de los ciclones tropicales se debe, en parte, al calentamiento por el efecto invernadero y esto es probablemente el fenómeno dominante". Su análisis estadístico reveló que hubo dos incrementos repentinos en la intensidad durante los últimos cien años, y cada vez el nivel permanece elevado y relativamente constante.

Entre 1900 y 1930 había un promedio anual de seis ciclones tropicales, de los cuales cuatro fueron huracanes y dos tormentas. Entre 1930 y 1940, el promedio anual se incrementó a 10 ciclones tropicales: cinco huracanes y el resto tormentas tropicales.

Finalmente, en el periodo entre 1995 y 2005, el promedio anual aumentó a 15 ciclones tropicales, de los cuales ocho fueron huracanes y siete tormentas tropicales. Al mismo tiempo, las temperaturas medias de la superficie marina en el Atlántico norte han ascendido en más de 0.7 grados centígrados.

Riesgo en aumento

Especialistas sostienen que las temperaturas marinas son un factor muy importante para determinar si se forma una tormenta tropical o un huracán de mayor alcance.

El doctor Holland dijo: "Estos números son un indicio importante de que el cambio climático es un factor clave en el incremento de huracanes en
el Atlántico Norte".

En 2004 los huracanes eran relativamente frecuentes, pero el número y la intensidad de los que ocurrieron en 2005 no tiene precedente: hubo 28 ciclones tropicales que fueron bautizados y 14 huracanes, de los cuales siete fueron de gran importancia. En julio de 2005 hubo tres huracanes de categoría cinco, los más intensos, con vientos mayores a 250 kilómetros por hora, y dos de categoría cuatro.

El año 2006, en comparación con 2005, tuvo menos actividad, aunque los científicos creen que esto se debió en parte a que ese año emergió el fenómeno de El Niño en el océano Pacífico. No obstante, 2006 todavía se situó por arriba del promedio, en comparación con un siglo atrás, con cinco huracanes y cuatro tormentas bautizadas.

Cuando los huracanes y las tormentas cruzan el océano y llegan a tierra pueden causar daños considerables, como la inundación catastrófica de Nueva Orleáns, cuando el huracán Katrina azotó a Estados Unidos, el 29 de agosto de 2005.

De 2002 a la fecha, un total de 29 tormentas tropicales bautizadas y huracanes han golpeado a Estados Unidos; en promedio, siete tormentas bautizadas llegan a tierra en cada estación.




1 comentario:

  1. Bueno chicos. En priemer lugar, arrancaron explicando las consecuencias del calentamiento global sin trabajar sobre las causas que lo generan. Esto hace que la introducción esté bastante incompleta. En cuanto a la segunda parte, la info está buena pero un poco desorganizada. Deben citar las fuentes de donde toman la información y tratar de utilizar el mismo formato de texto para todas las entradas. El miércoles les digo la nota.

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